Es una enfermedad infectocontagiosa crónica, causada por el Mycobacterium leprae, que afecta principalmente la piel y los nervios periféricos

De acuerdo con el reporte del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) tres casos de lepra se registraron en Yucatán y dos en Quintana Roo.

La lepra es una enfermedad infectocontagiosa crónica, causada por el Mycobacterium leprae, que afecta principalmente la piel y los nervios periféricos. Se manifiesta como manchas o placas hipopigmentadas, rojizas, cobrizas, nódulos e infiltración difusa generalizada; las lesiones se presentan en número y formas variadas, están asociadas a anestesia, alopecia y anhidrosis.

La localización más frecuente es en cara, tronco y extremidades. Puede haber infiltración difusa generalizada o zonas con trastornos de la sensibilidad sin lesión dermatológica. El período de incubación puede variar de uno hasta 20 años.

La lepra se clasifica en dos tipos polares: lepra lepromatosa y lepra tuberculoide, así como dos grupos de casos (indeterminados y dimorfos). En general, tiende a afectar ojos, piel y nervios periféricos.

Cada una tiene manifestaciones clínicas distintas. En la lepra tuberculoide se puede observar una o pocas manchas blancas, sin sensibilidad. En la lepromatosa las lesiones tienen forma de nódulos (bolas) que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Otro tipo es la difusa, en la que se observa la cara lisa, brillante (facies suculenta), debido a la infiltración de la piel por el bacilo.

Las personas que sufren de este último tipo presentan alopecia de cejas y pestañas, además de un cambio en la esclerótica (parte blanca del ojo), la cual toma una tonalidad azulada. Además, si no son atendidas de manera oportuna pueden presentar deformidades en la nariz (catalejo) y extremidades.

La lepra es una enfermedad que ha disminuido su frecuencia en México, debido a las diversas acciones realizadas durante décadas para combatirla.

A pesar de que México ha logrado desde 1994, la eliminación de la lepra como un problema de salud pública, al registrar una prevalencia de menos de un caso por 10,000 habitantes, como lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Secretaría de Salud fortalece las acciones a fin de lograr su control definitivo.

En 2018 se registraron 388 pacientes con lepra, de los cuales 102 fueron casos nuevos y el resto (286) son pacientes diagnosticados con anterioridad, que se encuentran bajo tratamiento médico.

Así lo informó la directora de Micobacteriosis del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE), Fátima Leticia Luna López, al ser entrevistada en el marco del Día Mundial de la Lepra que se conmemora el último domingo enero.

Precisó, el Programa de Lepra establece la búsqueda intencionada de casos, principalmente en los estados de Oaxaca, Sinaloa, Jalisco, Colima, Nuevo León, Nayarit, Guerrero, Michoacán, Coahuila y Sonora, en donde se registró el 75.5% del total de casos a nivel nacional en 2018.

Mencionó que el lema es: “Hacia la eliminación de la lepra en México, sin estigma ni discriminación”, mensaje que busca hacer conciencia en la población de que la lepra es una enfermedad como cualquier otra y requiere de atención médica oportuna.

 

“La lepra es una enfermedad con mucho estigma y discriminación. Hay comunidades donde la población se abstiene de mencionar que ha tenido contacto con alguna persona infectada, para evitar el rechazo”, acotó.

La doctora Luna López explicó que para fines de tratamiento, la lepra se clasifican en paucibacilares o multibacilares, este último tipo es el que más prevalece en el país, al presentarse en el 82 por ciento de los pacientes.

Los medicamentos que se utilizan para tratar la enfermedad son: dapsona, rifampicina y la clofazimina, los cuales son gratuitos y se cuenta con abasto suficiente en México.

Debido a que la multiplicación del bacilo es muy lenta, pueden pasar hasta 20 años para que aparezcan las lesiones en piel. Su contagio es por medio de partículas de secreción nasal u oral cuando existe contacto estrecho y frecuente con una persona infectada.